sábado, 17 de marzo de 2012

INUNDACIONES DE OLVIDO


Desde los relieves de las montañas, quiebres se punteaban como caminos mágicos entre las rocas. Al llover gotas de agua como rocío de cristal caían sobre el lugar. Brincaban sobre las piedras, bailaban sobre el pasto. Encontradas en su movimiento magistral. Unían sus rostros invisibles. Un terciopelo efímero. Una cobija de instantes.
El agua se escurría, bajaba entre las montañas.  Un deslizadero de frondes y pieles en arcoíris. Dejaba pistas a su paso, desde las hojas hasta los suelos, migajas dejadas por el caracol de los vientos. Micos, pájaros, armadillos y grillos en sus cantos a grandes voces bebían el agua que reposaba en las superficies, mientras ésta descendía los suelos entre capas de colores, texturas cuales tamices, mallas virtuales entre arena, tierra y roca. Las raíces de las plantas dispuestas a su espera, le sentían arribar, le halaban hasta su interior.
Las esporas y las semillas comenzaban a despertar de su letargo. El agua subía regresaba a los cielos, ahora a través de los tallos desafiando la gravedad. Volvían al firmamento transformadas en vapor, como un disfraz; era ya un gas que se mezclaba con el aire. El agua estaba allí, la misma gota, el mismo rocío sobre las flores; ocupaba ya la inmensidad de los cielos. Estirando sus partes, sus moléculas, a tal distancia, pareciendo ya no estar unidas, ser algo nuevo, un individuo naciente. El agua viajando entre los cielos, observando el universo.
Suspendida en los cielos regresaría a sus inicios. Se uniría poco a poco, en gotas tan pequeñas, irreales a las pupilas desnudas, y condensándose una a una, pequeña a pequeña, aquella imperceptible, sola, sería cerca de sus pares, vista por primera vez como una gran nube. Una nube, un individuo, hecho con un colectivo de gotas. Un líquido levitante, un lienzo de los ojos, figuras punteantes, creadoras de ilusiones, muzas colgantes en el lienzo azul celeste de los cielos.

La tierra aún tenía agua de lluvia. Las raíces habían saciado su sed, y sentían pasar cerca a ellas las gotas en su viaje, una búsqueda de rumbo siguiendo las formas de los suelos. Uniéndose una a una como imanes; formando arroyuelos. Viajando en todas las direcciones que les permite la pendiente de la ladera, formando afluentes, hasta que dos corrientes opuestas buscando un mismo centro se encuentran frente a frente y chocan para volverse una sola, un arroyo; formando grandes espacios por los que continuarían su camino, las cuencas. Era de allí de donde un gran hilo iba creciendo, una quebrada ensanchando su paso; hasta que la confluencia de varias pasaban a convertirse en un río para perpetuar su camino hasta los océanos. De la misma forma en que las pequeñas gotas se fueron uniendo en una corriente para llegar a los ríos, todo es, y hace parte de un gran ciclo;  que se repite desde lo más pequeño hasta la inmensidad. Es el estar siempre conectados.  El Universo es una gran reacción en cadena.  La vida depende de una armonía, una resonante entre las ondas conformantes, la sinfonía de nuestra existencia.

Una mañana despertó. Reinaba un silencio estruendoso. La lluvia comenzó a caer, dejó construidos bebederos a los que nadie concurrió. No había animales, sólo el vestigio de algunas plumas flotando sobre las aguas. El agua no tuvo quien la bebiese.  Anocheció y en una nueva mañana ya sólo se vieron troncos rebanados y sotobosque sofocado.  Volvió a llover. Las raíces ya no lograron succionar el agua, no había donde llevarla; quedaría el lugar desolado privado de sus sonidos y alegrías; hasta que al poco tiempo, el lugar era un desierto de tierra, por el que las aguas chapotearían hasta convertirse en fango.  Sería ya tanta agua huérfana de su milenario destino, que habiendo superado los límites de sus cauces, comenzarían a inundar los campos y terminaría finalmente inundando una ciudad.
Vanessa Restrepo Schild
2012

2 comentarios:

  1. Hermoso paisaje, fui una molecula hasta convertirme en oceano, fui la voz del agua, serenamente sobre una gran ola, el viento acaricio mis oidos, susurran el inicio del nuevo ciclo.
    Muchas gracias por tan bello cuento

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    1. Andres :) Muchísimas gracias por tu mensaje. ¡Qué bello que te gustara!
      Me alegra mucho escuchar tan especiales palabras.
      Abrazos.
      Vane

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